viernes, 20 de noviembre de 2020

Primeras presidencias de Uruguay (1830-1838)


Los dos primeros presidentes del país fueron Fructuoso Rivera (1830-1834) y Manuel Oribe (1835-1838). 
Debieron enfrentar los siguientes obstáculos en la organización del país:
  • Escasa población: En 1830, se estimó en 74.000 habitantes: 14.000 en Montevideo y  60.000 en la campaña.
  • Malas comunicaciones y lentitud de los transportes.
  • Principal actividad la ganadería.
  • Existencia del latifundio y desorden en la propiedad de la tierra y el ganado.
  • Escaso desarrollo de la agricultura.
  • La industria se limita a unos pocos saladeros.
  • Producción primitiva y consumo civilizado.
  • Balanza comercial desfavorable.
  • Debilidad financiera del Estado.
  • Dependencia de los impuestos aduaneros.
  • Los gastos en el ejército dejan pocos recursos para atender otras necesidades de la población.
  • Oposición: campo-ciudad y caudillos-doctores.
  • Inexistencia de clase media.
  • Falta de experiencia política y de una conciencia de nacionalidad.
  • La Constitución de 1830 no se adapta a la realidad social.
  • Internacionalización de los partidos.
  • Injerencia extranjera (de los países vecinos y de las grandes potencias).


                       LAS PRINCIPALES REALIZACIONES DEL PERÍODO:

A.     En el orden interno

Una vez lograda la independencia política los primeros presidentes intentaron consolidarla internamente, tratando de solucionar los problemas de dependencia económica, religiosa e intelectual.

  • Religiosa. Se logró la independencia religiosa al nombrarse a Dámaso A. Larrañaga como Vicario Apostólico, separándose así la Iglesia oriental de la Iglesia de Buenos Aires.

  • Moneda. Se propició la acuñación de moneda nacional pues hasta el momento se usaban las monedas brasileñas y argentinas.

  • Universidad. Comienza su proceso fundacional que culmina con un decreto de Oribe de 1838, por el cual se ordenó la creación de la misma, cosa que no pudo concretarse en la práctica por la Guerra Grande. Recién en 1849, por decreto de Joaquín Suárez, quedó instalada. Dentro de la Universidad quedaba comprendida la enseñanza primaria, secundaria y superior.

  • Inmigración. Ante la poca población y el escaso desarrollo económico que tenía el país se fomentó la llegada de inmigrantes procedentes de las Islas Canarias, Provincias Vascongadas, Francia y Génova entre otros. Se les anticipaba dinero para el pasaje y se les brindaba alojamiento. Entre 1833 y 1841 llegaron cerca de 22.000 extranjeros para establecerse en el país. Sobre la falda del Cerro de Montevideo se fundó la Villa Cosmópolis para alojarlos.


  • “Simples poseedores” de tierras. Frente al problema de la ocupación de tierras privadas por los simples poseedores, el gobierno de Rivera se pronunció a favor de éstos previo pago de una suma de dinero a acordar. Se trató de no perjudicar a los propietarios de las tierras ocupadas que recibirían una indemnización por sus tierras. Oribe, con respecto a los poseedores de tierras públicas, estableció que podían arrendarlas por cinco años. Al cabo de dicho plazo, el arrendatario podía continuar en esa situación o comprar la tierra al gobierno. Durante el gobierno de Oribe, y ante la falta de recursos, se dispuso en 1835 la venta de estas tierras. La mayoría de los simples poseedores terminaron como puesteros, agregados o peones en las grandes estancias. Muchas veces la posesión de la tierra estuvo relacionada con los acontecimientos políticos. Por ejemplo, Rivera confiscó las tierras de los lavallejistas que se habían levantado contra su gobierno, así como Oribe confiscó las de los riveristas, por el mismo motivo. La confiscación de los bienes de los vencidos era un recurso usado para debilitar al enemigo y privarlo de recursos impidiéndole así agrupar nuevas fuerzas.


  • Charrúas. Por órdenes del presidente Rivera, los grupos charrúas fueron perseguidos y diezmados entre 1831 y 1832 por  Benabé  Rivera. Los sobrevivientes fueron repartidos entre las familias de la campaña y de Montevideo. Se considera un verdadero “etnocidio”, pues los niños fueron separados de sus madres y repartidos para terminar con las tribus. Algunos de los varones adultos que pudieron sobrevivir se unieron a los movimientos republicanos de Río Grande. Otros, como Vaimaca Perú (que había combatido con Artigas y había participado en la campaña de las Misiones), Tacuabé, Guyunusa y Senaqué fueron llevados a Francia en 1833, donde fueron exhibidos en un circo, muriendo al poco tiempo. Hoy tenemos personas que se consideran descendientes directos de los charrúas. 

B.       En el orden internacional

Ambos presidentes se preocuparon por las relaciones internacionales del nuevo estado. Trataron de resolver el problema de los límites y obtener el reconocimiento de la independencia por los países europeos. Se realizaron distintas gestiones ante el gobierno de Brasil y de la Confederación argentina para firmar el Tratado definitivo de paz y se reclamaron los límites fijados en el Tratado de San Ildefonso de 1777, pero dispuestos a aceptar como límite norte el Río Ibicuy. Pero estas gestiones fracasaron. Tampoco se obtuvo el reconocimiento de la independencia por parte de los gobiernos de España e Inglaterra. Avanzada la década del  30 el país mantenía los mismos problemas que en sus orígenes: límites imprecisos y el no reconocimiento de su independencia.


PROBLEMAS DEL PERÍODO

Movimientos revolucionarios

Durante la presidencia de Rivera se produjeron varios levantamientos que tuvieron como causa la mala administración, la gestión de los colaboradores del presidente, la ausencia de éste de la capital y la ambición de Lavalleja por ocupar ese cargo. Todos ellos fracasaron. En 1836, el presidente Oribe decidió la supresión de la Comandancia General de la Campaña, cargo ocupado por Rivera luego de su gobierno quien, en los hechos, tenía tanto poder en la campaña como el presidente. Esto motivó el inmediato levantamiento de Rivera, en julio de 1836. Los pobladores de la campaña decían: “el presidente se ha sublevado contra don Frutos”.

  • Aparición de divisas. Este movimiento también fracasó y Rivera fue vencido en la batalla de Carpintería, en setiembre de 1836. La importancia de esta batalla fue que en esa oportunidad se usaron por primera vez las divisas blanca y colorada. El 10 de agosto Oribe había decretado que toda la población, tanto civil como militar, debía usar obligatoriamente, una cinta blanca en el vestido o en el sombrero con la inscripción “Defensor de las leyes”. Se les llamó a los defensores del gobierno blancos o blanquillos. Los revolucionarios habían adoptado la divisa celeste, que luego cambiaron por colorada, por tratarse de un color más visible e intenso, que se destacaba en el campo de batalla. Con los colores blanco y colorado se identificaron los nacientes partidos tradicionales, que en ese momento eran simples bandos o tendencias. Actualmente se mantienen estos colores para identificar a los partidos Blanco y Colorado, que se considera surgieron en la batalla de Carpintería. Al año siguiente, Rivera invadió desde Río Grande (Brasil) obteniendo victorias tan decisivas que llevaron al presidente Oribe a abandonar el gobierno. Rivera contó con el apoyo de revolucionarios riograndenses (farrapos), a quienes había ayudado en sus movimientos revolucionarios, de los unitarios emigrados desde Buenos Aires y de la flota francesa. Francia estaba en conflicto con el gobierno de Buenos Aires desde 1828 y se enemistó con Oribe que no le había dejado rematar los barcos apresados. Así bloqueó el puerto de Buenos Aires para impedir la ayuda que el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas podía brindar a Oribe. A su vez Oribe no pudo lograr el apoyo de Brasil. En octubre de 1838 se suscribió la “Convención del Miguelete” que obligaba a Oribe a dejar la presidencia. Oribe se dirigió a Buenos Aires donde fue recibido como el presidente legítimo. A comienzos de noviembre Rivera entró en Montevideo. Estos hechos demuestran la intromisión de los grupos políticos de los países vecinos en la política interna del nuevo estado.

SALSIPUEDES

Como hemos visto, los charrúas habían participado en la revolución de la Banda Oriental junto a Artigas y, vencido éste, algunos emigraron con él a Paraguay. Otros se incorporaron en 1825 al ejército de las Provincias Unidas en la lucha contra Brasil. También participaron con Rivera en la reconquista de las Misiones en 1828, comandados por los caciques Polidoro y Juan Pedro. Concluidas las campañas militares y devuelto el territorio de las Misiones a Brasil, unos doscientos combatientes charrúas regresaron a la campaña oriental y la mayoría de ellos fueron exterminados durante la presidencia de Rivera.
La idea de genocidio charrúa surgió, según el historiador Renzo Pi Hugarte, como consecuencia de la imposibilidad de dominar pacíficamente a los indios. Los hacendados afectados por el robo de ganado y el asalto a las estancias pidieron al gobierno que los combatiera. El 11 de abril de 1831, los charrúas fueron atraídos a un terreno propicio para un encuentro. La zona elegida fue Sauce del Queguay, horqueta formada entre la Cañada de Araújo y el Río Queguay Grande, departamento de Paysandú, casi en el límite con el departamento de Tacuarembó. El fin de este encuentro con las tropas del General Rivera era para llegar a un acuerdo. Allí se les dio presentes y aguardiente. En la oscuridad de la noche fueron emboscados, rodeados y atacados por sorpresa por 1200 soldados. Murieron hombres, mujeres y niños. Algunos guerreros lograron escapar. Otros fueron capturados vivos, como Vaimaca Perú. Los heridos, las mujeres, los niños y ancianos sobrevivientes fueron llevados a Montevideo en una marcha agotadora de 300 km y entregados como sirvientes. Se les bautizó con nombres cristianos y se separó a los hijos de las madres. Otros fueron dados a vecinos de Durazno donde también se les bautizó con nombres cristianos.
Este hecho se conoce con el nombre de “matanza de Salsipuedes” debido a que Rivera tenía en el arroyo de ese nombre su Cuartel General y con ese nombre encabezaba su correspondencia. Esta acción no fue la última. Bernabé Rivera, sobrino del General, persiguió a los que habían escapado de Salsipuedes emboscándolos en la estancia “Viejo Bonifacio”, donde fueron fusilados, entre ellos, el Cacique Venado. La venganza charrúa al mando de Sepé, se dio en la Cuchilla Yacaré Cururú (norte del departamento de Artigas): en un confuso episodio, Bernabé Rivera cayó del caballo, fue hecho prisionero, torturado y lanceado hasta morir.

Bibliografía consultada: 

  • Abadie, S; et al; Historia 2ºc.b. Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX. Ed Monteverde.
  • Geymonat, R, et al; Historia II. La Época Moderna en Europa y América. Editorial Santillana.

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